Hurry and little ones: a bad combination...

Prisa y peques: mala combinación…

El otro día iba andando por la calle con mi hija y me di cuenta que, sin querer, todo el rato estaba intentado que fuera más rápido. Algunas veces, cuando se lo pedía, se apresuraba, pero otras no. Hasta que me fijé qué es lo que estaba pasando: me di cuenta de que los peques no ven un recorrido como una tarea, sino como una oportunidad de explorar, jugar y aprender. Y aunque, por supuesto, a veces es necesario llegar a tiempo, hay que enseñarles a disfrutar del viaje, no solo del destino. A veces, basta con dejar de mirar el reloj y permitirnos disfrutar de esos momentos en familia.

Las prisas son parte de nuestro día a día, pero ¿te has parado a pensar cómo afectan a tu peque? Los peques no entienden la prisa de las personas adultas ni el concepto de "llegar tarde". Nos apresuramos tanto que les transmitimos ansiedad y les enseñamos que lo importante es terminar rápido, no disfrutar el proceso.

¿Qué podemos hacer para reducir las prisas y el estrés del día a día?

  1. Organiza con antelación: prepara las mochilas y la ropa del cole la noche anterior. ¡Podéis hacerlo junt@s!
  2. Respeta su ritmo: deja que se tomen su tiempo para explorar, como detenerse a recoger una hoja del suelo.
  3. Evita hacer las cosas por ell@s: a veces, hacer algo por ell@s para ganar tiempo solo refuerza la ansiedad. Dales tiempo para aprender y hacer las cosas por sí mism@s.
  4. Música para reducir el estrés: incluye música en las rutinas diarias para ayudar a relajarse: para hacer más divertido un trayecto, ayudarte a la hora de vestirlos o en momentos de transición.

Recuerda: las prisas no siempre son necesarias. Si nos organizamos y respetamos el ritmo de nuestros peques, podremos disfrutar de los pequeños momentos sin la presión del reloj.

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