Las palabras no cuentan. Cuentan las interacciones.
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Durante mucho tiempo se ha creído que, para favorecer el desarrollo del lenguaje, lo importante era cuántas palabras escucha una niña o un niño.
Pero la ciencia dice otra cosa.
No son las palabras.
Es la cantidad de interacciones que se producen alrededor de ellas.
No por lo que oye, sino por lo que siente: que alguien le escucha, le entiende y le responde. Esas idas y venidas llenas de gestos, miradas y sonidos— son las que realmente fortalecen su aprendizaje y crecimiento.
En otras palabras: cuánto más tiempo pasa contigo, conversando, cantando, jugando, más se activan regiones del cerebro del peque que están implicadas en el lenguaje, la lógica y la memoria.
Y ahí es donde entra la música (o, lo que es lo mismo, ahí es donde entra Petit Folks).
Porque cuando cantas con tu peque, estás creando conversación, aunque no haya preguntas y respuestas. Cuando repites una canción, respondes a su mirada o esperas su turno para seguir el ritmo, estás construyendo algo mucho más importante que un vocabulario: estás construyendo conexión.
No se trata solo de todas las palabras que puedas llegar a decir. Sino de que paséis ratos junt@s, que haya eco entre tus palabras, su respuesta, tu sonrisa, su mirada.
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Abrazos musicales,
Marta